Por Irma Legorreta
En este artículo, les platicaré una breve semblanza del oficio de “modista, modisto”.
Para empezar, la palabra “modisteria” no aparece en el diccionario de la Real Academia Española, solo en el Diccionario Panhispánico de dudas, actualizado en 2005, y esto se debe a que la palabra modista/o, es una acepción que deriva de la palabra “moda”. De esta forma, la palabra “modista” no aparece en ningún documento anterior al siglo XVII.
La acepción “Moda” empieza a desarrollarse en el renacimiento a partir del gremio de los costureros, que son los que empiezan a innovar. Y los primeros datos los encontramos con la modista Rose Bertin, costurera de la Reyna Maria Antonieta esposa del Rey Luis XVI de Francia.
Rose se acopló muy bien para desarollar las extravagancias de la Reyna, tanto que la nombró “Ministra de Modas”, siendo ella la primera líder del gremio de vendedoras de moda. También se documenta como la primera costurera en firmar sus prendas.
Otro personaje importante fue el modisto Charles Frederick Worth, nombrado el padre del negocio moderno de la moda. Despues vendrían Coco Chanel, revolucionaria y visionaria; Madame Vionnet, quien desarrollaría los vestidos al bies; y Mary Quant, creadora de la minifalda, entre otras.
En Europa ha sido costubre llamar modisto/a a los diseñadores, aunque el término “diseñador” sea denominado para la persona que hace el boceto.
En la actualidad ¿quién es una modista o modisto?
Es la persona que estudia patronaje y confección de prendas. Puede desarrollar cualquiera de éstas, ya sea de hombre, mujer, niños o bebés. Está capacitada/o para hacer transformaciones y puede trabajar tanto en la industria como en confección sobre medida.
Por lo general, la modista/o se orienta más a la ropa de mujer, pues es en este rubro donde hay más demanda.
La modista/o es un pilar para los diseñadores; son las personas que se encargan de la interpretación, elaboración y desarrollo de las colecciones, realmente en ellos recaé toda la responsabilidad y el éxito de una colección.
Bienvenida Irma Legorreta a Mexcostura
Irma Legorreta estudió la carreta de “Diseño de Moda” y posteriormente complementó sus estudios en Alta Costura y Sastrería.
Apasionada totalmente de la costura desde niña, deseaba coser en la máquina de pedal de su madre, por lo que se colgada del mueble y pedaleaba para poder coordinar el vaivén de la biela y el pedal, con el volante de la máquina.
En esa época era normal encontrar una modista en cada cuadra de su colonia. Tenía, como vecina, una de ellas y observaba como llegaban señoras en sus grandes camionetas y coches, muchas con chofer. Eso la impresionaba y solo una vez visitó ese taller, donde solían trabajar toda la familia, hasta los niños. A Irma le hubiera encantado trabajar desde pequeña en ese espacio.
Su gusto por el corte y la confección se vió acentuado al convivir con una tía que había estudiado esta profesión y al escuchar la sonoridad de su máquina de coser, ya que se encargaba de confeccionar para la familia.
Terminada la secundaria, estalló una huelga en la UNAM e Irma estuvo 9 meses sin clases. Uno de esos días, encontró un libro del sistema “CYC” y lo estudió. De esta forma empezó a coser por su cuenta, sobre todo para su familia y más tarde para amigas. Cuando cumplió su XV años, su tía le asesoró para confeccionarse ella misma su vestido y el de algunas damas que le acompañaron en su cortejo.
A sus 16 años y estando en la preparatoria, su hermana visitó una boutique en San Angel y el dueño le preguntó por su vestido a lo que respondió que Irma se lo había confeccionado. A partir de ese momento, Irma Legorreta fue contratada por el señor y debía entregar vestidos a la boutique; pero, en cada ocasión le encargaba más y con un mayor grado de dificultad. Estando ya en la carrera, con 19 años de edad, comprendió que su pasión por la costura era más fuerte y decidió darse de baja en la Universidad e inscribirse en la escuela “Ibero Mexicana de Diseño”. Al mismo tiempo, empezó a dar clases particulares. Desde entonces, no ha interrumpido su profesión como maestra.
Ella considera que en todas las carreras u oficios hay que estar capacitándose constantemente. Cuando entró a la carrera de sastrería, comprendió el gran beneficio y satisfación que le daba ser un artesano de la confección.
Actualmente posee muchos años de experiencia, tanto como maestra como modista; experiencia que ella considera, debe transmitirse a los alumnos de las nuevas generaciones.