Por: Sergio Reyes Morfin
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Hacer cumplidos constantes a los empleados por su excelente desempeño, eleva su moral, estimula su participación, logros y habilidades. El personal requiere sentirse parte importante de la organización y no algo inerte. Todo se rompe en el momento en que se comete un error, y recibe gritos e insultos de su jefe inmediato; esto solo genera depresión, inseguridad y malestar.
Hay jefes torpes, ignorantes y necios que hacen fracasar al personal competente con comentarios hirientes y poco pensados. Se les olvida que trabajan con personas que reaccionan a estímulos.
Cuando un empleado competente comete un error por primera vez, se le debe hablar de forma personal y privada, y preguntarle cómo se siente, tanto en su vida personal como dentro del área laboral, para averiguar que le está pasando, y analizar las causas que originaron el error y que afecta a la empresa. Aún los fracasos o errores que se pueden generar en la planeación del negocio deben ser reconocidos, y tomar en cuenta que no siempre se gana. Hay que elevar el esfuerzo del personal ante el éxito, lo que cargará de energía al grupo de trabajo para conquistar futuros negocios.
Que cometan errores los empleados es sinónimo de una deficiente capacitación, falta de profesionalismo, coherencia en la forma de tratar al personal y en la toma de decisiones al enfrentar problemáticas.
Generar desaliento, indiferencia, enojo, preocupación y baja estima ocasiona empleados “claves” desmotivados, con ganas de botar todo y buscar un nuevo trabajo, donde se sientan alentados. Esto origina rotación periódica de empleados, lo que se traduce en pérdida de tiempo y dinero.
El formar una empresa con personal sólido con crecientes aspiraciones mantiene a los buenos empleados con un compromiso total. El agradecer con pequeños incentivos es un apoyo moral y de integración del equipo de trabajo.
Es bueno reconocer continuamente al trabajador, por su dedicación y desempeño, con publicaciones dentro de la empresa. Enviar correos electrónicos al personal, reconociendo su excelente labor, incentiva la productividad, calidad y ganas de superarse día a día.
Tanto los directores, gerentes y jefes deben coordinarse para organizar un plan de incentivos motivacionales hacia los mejores empleados; esto generará una competencia sana y productiva para lograr éxitos continuos dentro de su área de trabajo.
“Si alienta a sus empleados y promoverá sus utilidades”.