Por Nissim Betesh Hanono.
Director Comercial de Vicunha México.
La historia del denim está llena de momentos fascinantes. Especialmente la manera en que el jean se transformó de una prenda de trabajador (obreros, mineros, vaqueros) a una prenda urbana y después, incluso, a una prenda de pasarela de alta costura y de alfombra roja.
Uno de esos momentos icónicos sucedió en 1951. El más famoso cantante de Estados Unidos y posiblemente del mundo en ese momento, Bing Crosby, era un amante de usar jeans para muchas de sus actividades personales y recreativas. Y en ese año, se fue de viaje de cacería a Canadá con un amigo, por supuesto vestidos ambos con sus jeans Levi’s. Un día, durante su viaje, llegaron a un hotel en Vancouver (hoy se llama el Fairmont Hotel Vancouver) y pidieron sus habitaciones. El hombre de la recepción les negó rotundamente el alojamiento por ir vestidos de mezclilla, una manera de vestir considerada impropia para entrar a un establecimiento así. Después de algunos minutos de confusión y discusiones, otro empleado del hotel reconoció a Bing y finalmente les dieron sus habitaciones. Pero el incidente llegó a la prensa. El recepcionista del hotel (Art Cameron, que se hizo semi famoso por la situación) declaró que le negó la entrada porque “se veía como un vago, un pordiosero”.
La gente de Levi’s aprovechó el acontecimiento para hacer, con mucha creatividad y astucia a la vez, una ingeniosa estratagema de marketing y también un poderoso pronunciamiento social. Pusieron a sus diseñadores a elaborar para Bing la prenda masculina más elegante, un smoking (tuxedo) a la medida, pero de mezclilla, de la misma tela de sus favoritos 501s. Y se hizo un evento de presentación del traje, en el J-Bar Ranch en Elko, Nevada (donde Bing era además Alcalde Honorario). El smoking además traía una flor en la solapa, pero hecha de las icónicas etiquetas rojas del bolsillo trasero (Red Tabs) y, por supuesto, remaches metálicos. Y como último detalle de ironía y humor, una gran etiqueta cosida en la parte interior, con un comunicado del Presidente de la Asociación de Hoteleros dirigida a los hombres de hotel de cualquier lugar, diciendo que el portador de esa prenda tenía derecho a ser recibido y registrado con cordial hospitalidad y bajo cualquier circunstancia. Un golpe fuerte, tanto en el aspecto de mercadotecnia como en el de inclusión social. Además, a partir de este incidente, a la manera de vestir con double denim (jeans y chaqueta de denim) se le conoce como Canadian Tuxedo (smoking canadiense).
De 1951 a la fecha muchas cosas han cambiado, tanto en la moda como en lo social. Hoy las grandes casas de Diseño presentan denim en sus pasarelas en las Fashion Weeks de NY, Paris, Milán, y desde famosos hasta la nobleza lo usan desde alfombras rojas hasta en su día a día.
Hoy en día ningún hotel te impediría el registro si llegas de jeans. Pero sorprendentemente, sigue habiendo lugares y eventos en los que el código de vestimenta sigue indicando explícitamente “no mezclilla”. Y eso a mí personalmente me encanta, porque eso significa que el “espíritu” del denim sigue vivo. Que el denim siga simbolizando el trabajo y a las clases trabajadoras, la democratización de la moda, la aventura, la rebeldía juvenil, la oposición a lo establecido y a lo snob, la libertad y la sensualidad (y que todo eso siga siendo amenazador para cierto sector social) es maravilloso.