Por Odette de Anda
Solo en nuestro interior podemos hallar la Paz Mental y quien allí no la encuentre no la hallará en ninguna parte, aún cuando la busquemos por diversos caminos y por todos los rincones del mundo exterior.
El pensador libre y bueno, escoge pensar lo mejor del amor y sentir el bien en sus pensamientos; así se recibe el Bien por tu Bien pensar y es causativo para uno mismo.
Nadie puede obligarnos a pensar erroneamente y debemos colocarnos como arbitros de nuestra Vida para obtener las recompensas que logramos por nuestro propio pensar correcto.
Echarle la culpa a otros no tiene ningún beneficio. En este caso, solo hay sufrimiento hasta aceptar y actuar en lo correcto. Somos seres individuales y normalmente los factores externos pulsan un sentir que pone en marcha a la inquietud, y recordemos que la verdadera Paz interior viene de nuestra actitud…
Podemos cambiar el hoy y tomar nuestras decisiones precisas para estar en Paz, pues lo demás se arreglará. Solo hay que valorarnos tal como somos - si todo mal sentir como la crítica, el rencor y la busqueda de defectos fueran arrojados de nuestra mente y corazón, todo sería más fácil.
El Pensamiento es el constructor y es causa, y puede lograr milagros. ¿Qué queremos? Esto lo sabemos porque la Inteligencia nunca se equivoca, siempre funciona.
Mantener la Mente ocupada en el Bien de hoy y el mañana, es la clave. Miremos desde nuestro corazón no desde la crítica. Es como el Armagedón, la batalla entre el Bien y el Mal. Es necesario para el Mal ser reconocido y debemos combatirlo con lo contrario que es la totalidad del Bien.
Si hay Bien irradiando en un área, el mal desaparece y aunque las apariencias parezcan equivocadas, lo bueno y lo correcto debe estar ahí. No hay tiempo en la eternidad –el tiempo es un error humano, un invento del cual el entendimiento nos libera.
El espíritu es y no ocupa espacio y posee todas las facultades. El cuerpo es solo la reflexión de la mente; ya hay que deshacernos de la idea de que simplemente “no podemos”. Mejor carguemos nuestra mente de felicidad y cancelemos asuntos del pasado, pues “el hubiera no existe”
Les comparto ACTITUD, una reflexión que hace algún tiempo me regaló una muy querida amiga:
ACTITUD
(de Charles R. Swindoll)
Cuanto más vivo más cuenta me doy del impacto que mi actitud tiene sobre mi vida.
Mi actitud, para mi, es más importante que los hechos, es más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que el éxito, lo que otras personas piensan, digan o hagan; es más importante que las apariencias, los dones o la destreza.
Levantará o hará fracasar a un hogar o a una empresa…
No podemos cambiar nuestro pasado,
no podemos cambiar el hecho de que la gente actúe de determinado modo.
No podemos cambiar lo inevitable. Lo único que si podemos cambiar es tocar la única cuerda que tenemos y esa es nuestra actitud.
Estoy convencida de que la vida esta constituida por un 10% de lo que me ocurre y un 90% de cómo reacciono ante ello. ¿Cuál es su actitud en este momento amigo empresario?
Fuente: Cursos de Maestros, Metodo de William W Walter.