“El patrón o molde” en la confección de una prenda, es una plantilla plana y es la representación del cuerpo humano. Al igual que un plano arquitectónico que lo vemos en una sola dimensión y cuenta con un lenguaje que, al ser leído y elaborado, nos lleva a edificar en tercera dimensión, así es el molde o patrón y solo con la ayuda de las pinzas, éste cobrará volumen que se adaptará al cuerpo.
También las pinzas cubren otra necesidad que es el del diseño y pueden presentarse en diferentes partes de la prenda, disimuladas en forma de cortes, pliegues o para dar volumen a la prenda.
Para el patronaje, contamos con pinzas que son básicas, como la del hombro en la espalda, busto, cintura, cadera y en los jeans para dar forma a los gluteos. Aunque hay cuerpos en las que se omiten.
En la actualidad, contamos con prendas “cero pinzas” o sin costuras; se usan para diseños más ligeros, sueltos y cómodos o haciendo ajustes con nudos, cintas y cinturones. La T-shirts o camiseta es otras prenda muy demandada, sin pinzas y lleva ese nombre por semejar a una “T”.
Cuando trabajamos para un cliente en confección a la medida, sus pinzas son determinadas por la forma de su cuerpo, no así cuando se trata de ropa hecha en maquila.
EN LA ACTUALIDAD ESTAMOS FAMILIARIZADOS CON ESTE TIPO DE IMÁGENES DE PATRONAJE.
Pero esto no siempre fue así, los romanos se caracterizaban por usar túnicas en las que posteriormente fueron introduciendo los drapaedos.
En Grecia, alrededor del siglo XII se encuentran vestigios de vestimentas con drapeados y ajustes al cuerpo.
En la Edad Media había una necesidad de ceñir las prendas al cuerpo, y se usaron los cortes naciendo así las pinzas.
El tamaño de la pinza lo determina el volumen del cuerpo y aquí es en donde radica la importancia de saber dominar, estudiar y analizar la figura humana.
Hay varios sistemas de patronaje donde las pinzas tienen el mismo tamaño en cualquier forma de cuerpo y ésto no debe ser así. Si tenemos un cuerpo donde se necesite dar más pinza para cubrir un mayor volumen y nuestra pinza es chica, esto generará tela tirante. Si por el contrario, hay una pinza mayor al volumen menor, esto generará bolsas en la prenda.
Para la confección de pinzas, se recomienda siempre dar cierta curvatura para proporcionar un mejor acabado de la pinza; éstas no son siempre lineales, también podemos incursionar en pinzas muy curveadas.
Hoy sabemos que los tipos de complexión varían según el clima y la zona geográfica; el cuerpo latino es diferente al europeo o al asiático, por ejemplo.
Una persona asiática, en general, es delgada, así que para patronar un molde sus pinzas serán más reducidas que las de un cuerpo latino, que se caracteriza por tener más diferencia en la circunferencia entre pecho, cintura y cadera.
También encontramos grandes diferencias en los moldes de una misma persona; por ejemplo, hay personas con poco busto, muy acinturadas y grandes caderas. Nosotros decimos que es un cuerpo desproporcionado; si trazamos sus patrones, veremos una pinza de busto reducida y una pinza de cintura aumentada.
Al contrario de una persona con mucho busto y poca cadera; en este caso, su pinza de busto será más grande que su pinza de cintura.
Una persona con un cuerpo proporcionado será cuando sus pinzas guarden equidad entre todas.
También vamos a usar pinzas en el hombro porque nuestro cuerpo no es plano por la espalda, aunque hay sus excepciones.
AQUÍ TENEMOS DOS TIPOS DE PATRONAJE.
El de sastrería, en el cual se desarrolla empezando por la espalda hacia el delantero.
El de modistería, que se desarrolla a partir de los centros de espalda y delantero hacia los costados.
Ambos sistemas de patronaje se usan pinzas y en ambos las podemos adaptar para hombre o mujer.
Aunque hay muchos sistemas de patronaje, lo más importante es saber adaptar nuestras medidas al plano y dominar las pinzas para dar volumen.
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