Los que están “usando” la inteligencia artificial son seres humanos que están buscando maximizar su tiempo para estar con su familia o con otros seres humanos. Son personas las que están usando la inteligencia artificial para presentaciones o para conectarse mejor con otros humanos, a fin de servirles de manera óptima. Y son hombres y mujeres los que está promoviendo las nuevas tecnologías en las fibras, telas, acabados y en la construcción de prendas para poder AYUDAR A LA HUMANIDAD.
Se llevan años en desarrollos de robótica en la industria, tanto en la fabricación como en las tiendas. Y solo hay dos casos en los que se están usando los robots: en Japón para atraer consumidores como payasito de circo, y en EU para hacer T-shirts muy básicas. Se han invertido miles de millones de dólares en la investigación y en las últimas conferencias y foros, y se llegó a la conclusión de que la fabricación mediante robots o la automatización solo podría haber funcionado en un mundo totalmente masificado en donde todos hubieran comprado el mismo artículo. Sin embargo, después de que, con un costo altísimo echaron a andar un par de fábricas con sewbots, se llegó a la conclusión de que no son rentables ya que el mercado se ha pulverizado, a tal punto, que va camino a nichos de mercado muy especializados en los que la masificación es cosa del pasado. Las nuevas tecnologías van encaminadas a fabricar prendas sobre pedido (es decir, hacer o acabar en el último momento solo lo que se vende) ya que la peor contaminación que existe en nuestra industria son las toneladas de ropa que se tiran porque no se vendieron, ni con descuentos especiales.
La tecnología que se está desarrollando está enfocada a servir a estos nichos de mercado, o para personalizar los productos a fin de solucionar las necesidades especiales de cada ser humano.
El mundo que vivimos ya cambió. Solo tenemos que verlo.
Con respecto al tema de oferta y demanda a nivel mundial, los chinos van delante de nosotros en el uso de tecnología.
Dado que China empezó como un país de consumo después de América, no tenía algunos de los paradigmas que se tienen en esta región. Para ellos, la tecnología está orientada al mercado a fin de digerir la información para proyectar y conocer la demanda.
Los chinos dicen que a nosotros nos cuesta entenderlos por nuestra manera típica de vender productos. Es decir, fabricamos los productos, hacemos una campaña de ventas, promocionamos en nuestras tiendas y esperamos que el producto se venda. Mientras que en China usan la tecnología desde el inicio de la formación de una empresa, para definir qué es lo que ésta va a fabricar y el tipo de producto que van a ofrecer al consumidor.
Lo que está pasando en la industria es algo muy especial. Va a haber cambios, pero no podemos pelear éstos. No está en nuestras manos, el mundo ya cambió. Y es mejor, mucho mejor que el que conocimos con las guerras de precios. Hay tres nuevas realidades:
Las prendas van a costar más.
Se van a comprar menos prendas en el mundo.
Esto va a ayudar a la sustentabilidad del planeta.
Esto va a cambiar la manera de comercializar, presentar y producir.
Es el mismo mercado el que está guiando a los líderes de la innovación del mundo, ya que éste está promoviendo el punto medio entre automatización y prendas sobre medida.
El justo medio se llama mass-customization. Es decir, un hibrido entre producción masiva y sobre medida. Todas las empresas de maquinaria, softwear y servicios del mundo están trabajando hacia este nuevo esquema de negocios; desde las enfocadas al softwear de diseños y patrones hasta las de telas, acabado de las mismas, estampe, corte, confección, empresas para el movimiento de mercancía y la maquinaria en las micro-fabricas, mini lavanderías de prendas sin agua, empaque, terminado y logística.
Alemania e Italia lanzaron el concepto, Japón ya lo tiene implementado; Estados Unidos lo está haciendo funcionar con "on demand micro-factories" y, sobre todo, se ha probado que el concepto es comercial y que es redituable.
Este cambio es más que evolución, es una revolución y el elemento más importante que lo mueve es la nueva manera en que los jóvenes analizan, seleccionan y compran los productos.
Es muy importante no limitarnos a pensar en inteligencia artificial y robots con temor en el futuro. Tenemos que considerar una sola palabra: “innovación”. Esta es la clave y va más allá de los robots, de la inteligencia artificial y proviene de los humanos. Somos nosotros los que la hemos creado para ayudarnos; somos los que hicimos robots para facilitar procesos repetitivos; pero, también somos los humanos los que hemos dado origen a telas que curan y que nos permiten hacer ejercicio sin que el sudor sea un problema. Somos los humanos los que creamos nuevas prendas para nuevos estilos de vida, los mismos que hemos dando forma. Y somos nosotros los que nos comunicamos con los otros humanos para promover y vender nuestros productos apoyándonos de la inteligencia artificial
Estamos en un punto de decisión entre el miedo y la esperanza. ¿Vamos a dejar que la inteligencia y los robots definan nuestra vida, o vamos a aprovechar las nuevas tecnologías para SERVIR A LA HUMANIDAD?
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