Por: Sergio Reyes Morfin Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El tener un empleo es algo afortunado en estos días; el tener una obligación laboral y una remuneración por el tiempo que se trabaja ayuda a desarrollar las capacidades, la iniciativa y la prosperidad del trabajador y la empresa. Pero, qué pasa cuando se finge que se trabaja, que antes de concentrarse en sus actividades productivas, se hacen preámbulos. El tráfico, la toma del café, el saber los comentarios subterráneos de los compañeros de trabajo, comentar incidentes personales, etc., hace que se consuma mucho tiempo productivo volviéndose improductivo.